En Centro Terapéutico Limage contamos con personal capacitado en biomagnetismo. Conozca más acerca de la historia de esta rama de la medicina complementaria:
A partir de 1988, el Dr. Goiz comenzó sus investigaciones con campos magnéticos en la salud, a partir de los trabajos previos del Dr. Richard Broeringmeyer de Kentucky, USA, para posteriormente llegar a descubrimientos sobresalientes que lo llevaron a estructurar el biomagnetismo como una terapia simple y extremadamente eficiente.
Utilizó también como sistema de diagnóstico el principio de la respuesta muscular inteligente, pero en su caso hizo uso de un notable fenómeno energético de recogimiento de la pierna derecha del paciente, para detectar los puntos donde había desequilibrios en el organismo.
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Después de investigar mucho, logró descubrir el genial concepto del “par biomagnético”, el cual sienta las bases para vislumbrar radicales cambios en la medicina futura.
Par biomagnético
Se trata de la existencia en el cuerpo de puntos específicos que van hermanados y presentando polaridades magnéticas contrarias, norte y sur, como en un imán común. Al igual que en el caso de los puntos de acupuntura, la ubicación de estos pares biomagnéticos están ya definidos por el Dr. Goiz en un mapa del cuerpo. Con el transcurso del tiempo, se fueron descubriendo nuevos pares, hasta llegar hoy a una cifra cercana a los 250.
Cuando estos pares entran en desequilibrio, en el polo sur de ellos se concentran focos de determinados virus (ya identificados por sus nombres) en un ambiente de pH ligeramente más ácido, mientras que en el polo norte se ubican ciertas bacterias también previamente identificadas, pero en un medio de pH algo más alcalino que en el resto de los tejidos.
El Dr. Goiz logró determinar además que entre ambos focos de virus se establece una comunicación a distancia, en forma de ondas electromagnéticas, en lo que se conoce como biorresonancia magnética, lo que permite la retroalimentación energética entre dichos microorganismos, que se potencian en su virulencia y capacidad de resistencia frente a los anticuerpos del sistema inmune.
Cuando a través del test descrito se identifican los pares biomagnéticos desequilibrados sobre los puntos correspondientes de estos pares, se colocan imanes redondos, de la misma polaridad y de una fuerza superior a los 1000 gauss, lo cual produce una interrupción de la retroalimentación energética, y simultáneamente se tiende a corregir el pH alterado. Esto permite el exterminio de los mencionados microorganismos al perder su sustento energético.
Bases del tratamiento
El tiempo de colocación de los imanes es de 20 minutos aproximadamente. Para conseguir los mejores resultados, se recomienda una secuencia de al menos 3 sesiones, separadas de una semana entre una y otra.
Cabe destacar que este tratamiento biomagnético extermina con gran efectividad a los virus, lo que la medicina convencional hasta la fecha no consigue. Por su pequeñísimo tamaño y rapidez de reproducción, el virus no soporta el impacto magnético que altera su ADN y produce un verdadero cortocircuito en su estructura electromagnética. Al liberarse de estos indeseables huéspedes, el paciente experimenta grandes mejorías.
Si consideramos que los virus están presentes en la gran mayoría de las enfermedades existentes, algunas de ellas consideradas como incurables, entonces podemos imaginar los extraordinarios alcances que este método tiene para la salud humana.
A la fecha, se han estudiado, diagnosticado y atendido con este procedimiento, durante 12 años aproximadamente, a unos 60.000 pacientes, llegando a importantes conclusiones. El biomagnetismo médico, por ser un procedimiento de orden físico y natural, así como externo, no produce yatrogenia ni efectos colaterales indeseables.
La ardua investigación del Dr. Goiz desde la perspectiva del biomagnetismo, lo llevó a interesantes e importantes descubrimientos en variadas dolencias de difícil tratamiento como: cáncer, SIDA, esclerosis múltiple, fibromialgia, diabetes, hepatitis, leucemia, reumatismo, artritis, pancreatitis, hipertensión, epilepsia, psoriasis, herpes, alzhéimer, lupus, glaucoma, alergias, cardiopatías y otras enfermedades virales.
El biomagnetismo no es una panacea que lo cura todo, sin embargo, el porcentaje de alivio y mejoría que los pacientes experimentan es suficientemente notable como para justificar su empleo, idealmente en conjunción con otras terapias que, tratando el área emocional, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
Los organismos superiores pueden ser portadores asintomáticos de microorganismos patógenos, aparentemente en las mucosas de los sistemas respiratorio y digestivo. En realidad lo hacen en los pares biomagnéticos y, por ello, el biomagnetismo médico es también un procedimiento preventivo de la salud, al detectar oportunamente la patología, aún antes de su manifestación clínica.
El primer par biomagnético descubierto en 1988 por el Dr. Goiz fue el del síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA), que se genera en el timo y el recto desde las primeras horas en que se instala el virus, produciendo en el enfermo dos fenómenos simultáneos: inmunodeficiencia y seropositividad. Este conocimiento le ha permitido a este científico la loable hazaña de revertir esta enfermedad en miles de casos debidamente registrados y comprobables.
Posteriormente, el Dr. Goiz se dedicó a investigar la relación de este conocimiento con la etiología del cáncer. Este extenso trabajo quedó plasmado en su libro “El fenómeno tumoral”, que fue recientemente publicado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Loja en Ecuador. En esta obra se plantea, básicamente, que en el origen del crecimiento caótico de las células cancerígenas también está presente la influencia de determinados virus, bacterias, hongos y parásitos que, según sea el tipo de cáncer, se combinan de distintas formas para agredir y finalmente desquiciar el orden genético del núcleo de las células y provocar la multiplicación descontrolada de las mismas.
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